18 ene 2009

La auténtica recesión española

La auténtica recesión española

Alberto Peláez

18 Enero 09

A pesar de las crudas críticas que arrecian contra el Presidente Zapatero, nunca se le desdibuja una sonrisa. Tal vez porque piensa que lo que ha hecho lo ha hecho bien. Y no le falta razón.

Durante la anterior legislatura, Zapatero consiguió logros sociales impensables en la mayoría de los países europeos más avanzados. El papel de la mujer, por fin, fue de igualdad. La imagen de la Ministra de Defensa, Carmen Chacón pasando revista a los soldados españoles destacados en Afganistán, en avanzado estado de gestación hizo de España un país moderno y que se colocaba a la vanguardia. Seria, enhiesta, impertérrita, caminaba la Ministra haciendo honor de su desempeño profesional en un país especialmente caliente. Luego Carmen Chacón visitaría a todas las tropas que están en otros puntos tan delicados como Afganistán con su alargada panza y con serenidad.

La mujer española ha conseguido cotas muy altas en los puestos más relevantes de la Administración y de la iniciativa privada. El presidente Zapatero luchó contra el maltrato de la mujer como si fuera algo personal, como tarea prioritaria y la inculcó a la sociedad que golpear a una mujer es un delito que conlleva prisión. Es verdad que todavía muchas mujeres mueren en manos de sus parejas en España pero los cobardes saben que la ley les cae como una losa. Se encargó Zapatero de que el castigo fuera severo para todos ellos.

También miró hacia arriba en su ayuda hacia los mayores, los jubilados y les subió sus jubilaciones para poder vivir con dignidad. España presenta hoy magníficas ayudas a mayores enfermos con vigilancia las veinticuatro horas con un sistema de “teleasistencia”. Hoy nuestros mayores pueden vivir más seguros, sobre todo, aquellos que viven en la soledad. Consiguió el matrimonio entre personas del mismo sexo para que gozaran de los mismos derechos y obligaciones que las parejas heterosexuales. Incluso también la adopción —estos dos últimos apartados son más discutibles. Avances relevantes para una sociedad que salió hace treinta años de una dictadura ominosa, como todas de la que en aquel entonces, parecía que nunca saldríamos.

Pero hay muchos asuntos sobre el tintero que no son igual de positivos. No sólo no salimos de la crisis económica sino que vamos a peor. En un año hemos agrandado el agujero del desempleo en un millón de puestos de trabajo —una cifra récord tan sólo superada por el ultimo presidente alemán, antes de que llegara Hitler al poder y parangonable a los peores momentos de la política de Margaret Thatcher en Gran Bretaña o de Helmut Koll en Alemania. El mismo agujero también lo tenemos en la Seguridad Social. Corremos el serio riesgo de una deflación. El consumo se ha parado. La burbuja inmobiliaria le salpicó a todo el mundo incluso hasta el sector de la automoción que no vende un solo coche.

Es un panorama desolador con un horizonte negro, muy negro. Más de cuatro millones de desempleados se esperan para finales del 2.009 es decir, cuatro de cada diez españoles. Están muy bien los avances sociales. Sin embargo tiene que arreglar o al menos corregir la recesión económica. Es una situación dura, muy dura la que esta viviendo España, esta España que se ha convertido en decadente y caduca por una recesión que no conocíamos desde hace decenas de años.

Publicado en Milenio

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