10 ene 2009

20 y 15 no son 35

20 y 15 no son 35

Joel Ortega Juárez

10 Enero 09

Este 2009 se cumplirán 20 años de la caída del Muro y 15 del levantamiento del EZLN encabezado por el Sub Marcos.

Las izquierdas sufrieron un golpe traumático que las dejó aturdidas por el derrumbe del socialismo realmente existente.

A 20 años de distancia no se ve en el horizonte político y teórico una propuesta alternativa y viable al capitalismo de nuestros días con todo y la crisis actual.

A veces se han sacado del baúl propuestas históricamente superadas, que pretenden acreditarse como novedosas y creativas. Muchas veces se quedan en gesticulaciones reproductoras de un pensamiento envejecido que se sirve de los, esos sí, novedosos instrumentos de la tecnología mediática y comunicacional.

Discurso decimonónico y herramientas del siglo XXI.

No se puede desconocer el enorme entusiasmo despertado en América Latina por el chavismo y su llamado socialismo del siglo XXI. Ese fenómeno (con 10 años de gobierno en Venezuela) sumado a los triunfos electorales de todo tipo de izquierdas en el continente han generado grandes esperanzas de construir una vía antiimperialista bajo los clásicos postulados nacionalistas que predominaron en distintos momentos y gobiernos en décadas pasadas.

En México Marcos y la Primera Declaración de la Selva Lacandona daban un rotundo mentís a tesis como la expuesta por Castañeda en La utopía desarmada.

El marxismoleninismo más tosco y la vía armada resurgían con la impresionante toma simultánea de varios municipios chiapanecos.

El avance de la ofensiva revolucionaria con tomas, levantamientos, leyes revolucionarias hasta la toma de Palacio Nacional no se produjo.

Marcos mostró una gran capacidad para cambiar el discurso dogmático por uno donde se colocaba a los indios en el centro. Esa visibilidad y un lenguaje seductor empleado en los comunicados y las posdatas del Sub atrajeron una enorme simpatía para los zapatistas.

Aunque Marcos tiró a la basura la gran movilización de millones de 2001, durante la Marcha del color de la tierra, hay que agradecerle su decisión a favor de la lucha política y, por lo tanto, su negativa a reclutar en sus filas, sobre todo jóvenes. Hubiese sido trágico que el EZLN procediera como las FARC. En todo caso los zapatour eran expediciones a la selva de carácter más bien festivo y nunca de tipo militar. La fiesta de los gringos les llamaban las bases zapatistas.

Sacudirse el aturdimiento por la caída del Muro y no comprar baratijas anacrónicas son retos de 2009.

Publicado en Milenio

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