30 jul 2008

La disputa por el PRD

Amloístas y ‘chuchos’: la fractura
Ricardo Alemán
30 de julio de 2008

No es novedad decir que el PRD se partió en dos grandes bloques y que a la vista de todos guerrean por el control del partido amloístas y chuchos”

Los ‘chuchos’ salvaron la consulta y exhibieron la debilidad de AMLO

PRD: “que no cuente con nosotros si pretende bloquear aeropuertos”

No es novedad decir que el PRD se partió en dos grandes bloques y que a la vista de todos guerrean por el control del partido amloístas y chuchos”. Lo nuevo es que el resultado de la consulta petrolera consolidó al grupo en el poder, que jefatura Jesús Ortega.

Y es que la mayor derrota que propinó la consulta petrolera a su promotor, Andrés Manuel López Obrador, no sólo fue la escasa asistencia y desinterés de casi 90% de los capitalinos, sino que en ese juego de vencidas en que se convirtió intramuros del partido amarillo el peculiar ejercicio de opinión, los chuchos enseñaron su músculo, por un lado, en tanto que por el otro quedó exhibida la debilidad de AMLO.

Es decir, que la movilización que promovieron los chuchos en sus bastiones delegacionales del DF —lo que salvó la consulta petrolera de una verdadera tragedia—, no sólo contrastó con la caída estrepitosa de la capacidad de movilización de AMLO, sino que enseñó una de las más peligrosas grietas en el partido: que los aliados de López Obrador y Marcelo Ebrard prácticamente los han abandonado.

No es una exageración que entre los chuchos hubo fiesta la noche del domingo, al tiempo que entre los amloístas debieron inventar cifras, alardear de falso triunfo y hacer malabares para justificar lo injustificable: el otro cochinero que marcó de nuevo al partido, que no salen del escandaloso proceso para renovar su dirigencia, cuando ya están metidos en otro callejón sin salida.

Y es que si bien la consulta fue ideada como instrumento y ejercicio de presión política y legitimación del discurso y las acciones de protesta emprendidas por López Obrador, también llevaba un fuerte mensaje intramuros del PRD, cuyo control cambió de manos recientemente. López Obrador le apostó al sometimiento del partido por la vía de la fuerza externa; por el peso de la movilización que se esperaba en la consulta. Pero el músculo de AMLO no apareció y sí el de los chuchos. ¿Qué pasó?

Todos recuerdan que durante los recientes tres años la dirigencia del PRD se mantuvo literalmente bajo la bota de AMLO, quien impuso sin los mínimos democráticos a un verdadero “pelele”, a Leonel Cota. Pero luego de julio de 2006, y tras el cochinero del 16 de marzo pasado, el PRD quedó en manos de los chuchos, quienes tenían la mayoría de delegados al Consejo Nacional en el que se nombró a Guadalupe Acosta Naranjo como presidente interino. Más aún, luego de ese Consejo se acrecentó la fuerza que tenían los chuchos.

Para nadie es secreto que López Obrador pretendió secuestrar de nueva cuenta al partido para lanzarlo contra el gobierno de Calderón y reventar esa administración. El ariete era la reforma petrolera. Para ello requería otro “pelele” en la dirigencia del partido. Por eso impulsó a Alejandro Encinas como candidato frente a Jesús Ortega. Sin embargo, la elección terminó en cochinero, pero los chuchos se quedaron interinamente con el control del partido, ya que tenían control de instancias como el Consejo Nacional. Aún así, en días pasados AMLO pretendió arrebatar el control del partido, manipuló las instancias legales, hasta imponer la anulación de dicha elección.

Sin embargo, los amloístas se detuvieron cuando Ortega amenazó con recurrir de nueva cuenta al Tribunal Electoral. Eso detuvo a los pejistas, porque saben que son parte de la trampa. Entonces AMLO pretendió lanzar el peso de la consulta contra la dirigencia de Acosta Naranjo, porque los chuchos se desprendieron de la tutela de AMLO y empezaron negociación con el PRI y el PAN sobre la reforma petrolera.

Se abrieron dos grandes bloques en el PRD; los radicales que encabeza López Obrador —a quien los chuchos ya motejan como “el loco mayor”—, y los negociadores que se mueven bajo la tutela de Jesús Ortega. Los primeros llaman “traidores” a los segundos, mientras que éstos de plano motejan como “loquitos” a los primeros.

Por lo pronto el cuartel de los chuchos concluyó que la ruta planteada por AMLO es suicida para el PRD, en tanto que negociar no sólo permitiría meter al PRD a la negociación, sino a la civilidad política, lo que redundará en votos para 2009. Según los chuchos, México no puede seguir transitando la confrontación, y no están dispuestos a seguir esa ruta propuesta por AMLO, quien pretende llevar a la gente a la violencia irresponsablemente. “Desde el 3 de julio, Andrés quiere un muertito para justificar su lucha. Y es posible que se lance a secuestrar aeropuertos, carreteras… pero que no cuente con nosotros. Y claro, los que quieran seguirlo, que lo sigan. Tarde o temprano se darán cuenta que los engaña”. Lo anterior lo dijo un chucho en un encuentro donde se tomó la decisión de romper con AMLO.

Publicado en el Universal

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