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22 jun 2012

VOTO INFORMADO Y RAZONADO


VOTO INFORMADO Y RAZONADO
-O porque no votaré por AMLO y sí por Josefina Vázquez Mota-
 Ignacio Pinacho

Los que me conocen seguramente no les causa sorpresa esta decisión, pero los que apenas me están conociendo seguramente estarán sorprendidos. Mi decisión, como me he cansado de repetirlo desde el año 2000, no significa que me identifique con el Partido Acción Nacional. Siempre he militado en las corrientes de izquierda; como muchos otros amigos y amigas surgimos de las cruentas batallas en contra del viejo régimen autoritario, en los años cuando estaba estrictamente prohibido las manifestaciones pacificas en el Zócalo de la ciudad de México, cuando la televisión y todos los medios de prensa estaban a la orden de su majestad el presidente; cuando estaba proscrito para las izquierdas la lucha legal por el poder público. Una época donde la lucha cívica prácticamente no existía. Era sustituida por las batallas gremiales desde los sindicatos, colonias populares, comunidades agrarias y en las universidades públicas. La izquierda, en suma, tenía que recurrir a métodos clandestinos y semi-clandestinos para poder organizarse.

Hoy ya no es así. Finalmente, después de intensas batallas, de reformas legislativas, de pactos entre las principales fuerzas políticas y de lucha cívica, gozamos de libertades plenas. Transitamos de un régimen autoritario a uno esencialmente democrático. Pasamos de un régimen político y electoral dónde el sufragio era una formalidad y muchas veces violentado, a un régimen político y electoral dónde el sufragio se respeta y los súbditos se convierten en ciudadanos; pasamos de un sistema de partido hegemónico a un sistema de partidos plural y competitivo; pasamos de una presidencia con poderes meta-constitucionales, sobre la cual giraban las decisiones del país a una presidencia acotada y democrática; pasamos de la subordinación de los poderes legislativo y judicial al ejecutivo, al equilibrio e independencia de los poderes de la unión; pasamos de un federalismo subsumido al ejecutivo federal a un federalismo cuyas entidades adquieren autonomía; pasamos de un sistema de elecciones sin competencia y de partidos de oposición testimoniales a un sistema de elecciones competitivo y de partidos con clara vocación de poder.

Efectivamente, no es un régimen democrático perfecto como tampoco ha sido capaz de resolver o disminuir los altos índices de desigualdad social. Parafraseando a Vargas Llosa, diría que pasamos de la dictadura perfecta a la democracia imperfecta. En esta etapa estamos. Y nuestras izquierdas, principalmente el PRD y Morena, no han sido capaces de entender su nuevo rol en esta nueva etapa histórica del país. Siguen arrastrando métodos y políticas del pasado para enfrentar los problemas del presente y el futuro. Debo reconocer que al interior del PRD existen tendencias democráticas y liberales muy representativas, pero aún no han logrado traducir su fuerza en un mejor discurso, en una propuesta programática y en el ejercicio de mejores prácticas.

Si en la época del autoritarismo fuimos más efectivos utilizando métodos heroicos de resistencia que dejó a muchos luchadores en el camino, hoy esta izquierda ha sido incapaz de renovarse y asumirse como una izquierda comprometida con las instituciones democráticas y con las políticas públicas de estado que -en conjunción con otros partidos y fuerzas democráticas- ella misma forjó y que fueron parte de su plataforma política durante muchos años. En otras palabras, nuestras izquierdas en general fueron más eficaces y responsables en la época del autoritarismo que en los tiempos de la democracia. ¡Vaya paradoja!

Esta falta de identidad con la democracia y sus valores, con las instituciones de la república, con el apego a la legalidad y el ejercicio pleno de las libertades políticas al unísono con la equidad y los derechos sociales, me han alejado de sus propuestas, partidos y candidatos. No descansaré por contribuir a la organización de una izquierda liberal, comprometida con las libertades individuales y los derechos sociales, de no canjear el alimento por las libertades y a la inversa. Una izquierda que honre los derechos humanos en todos los órdenes de la vida social, pero que no los deshonre al venerar gobiernos dictatoriales como los de Venezuela, Cuba, Corea del Norte, China, entre otras; una izquierda congruente con el impulso de políticas públicas que contrarresten la desigualdad social y no solo se dedique a establecer programas sociales con grandes sesgos de inequidad y desigualdad, que producen clientes y no ciudadanos; para los cuales, por cierto, se tiene que recurrir a altos índices de endeudamiento público.

El programa económico y social enarbolado por Andrés Manuel López Obrador desde hace seis años, tiene un sentido esencialmente estatista-populista, en el sentido que el Estado Mexicano se convierta como el principal promotor de la economía, con un presidente fuerte y voluntarioso, con una reducción de los costos del aparato burocrático y con el fortalecimiento de sus monopolios estratégicos, como medidas fundamentales para un cambio verdadero en la economía; recurriendo a la arenga desde la presidencia de la república, en el caso de que si los de arriba no quieren los cambios será el pueblo el que los decida en las calles.

Los cambios verdaderos en tiempos de la democracia ya no se hacen por decretos presidenciales, voluntarismo, por golpes de mano, con la subordinación de los otros poderes de la unión a los dictados del ejecutivo, o través de expropiaciones. Esos tiempos ya pasaron. Hoy los principales cambios se procesan a través de las propias instituciones, a través del congreso y del propio poder judicial, sin arrebatos, sino a través del dialogo y el acuerdo. Haciendo de la política un arte para la negociación y pactos de largo aliento que beneficien a la sociedad.

La política de las descalificaciones, de choque, de convertir cada contienda  entre buenos y malos, entre leales y traidores y de asumirse como los poseedores absolutos de la verdad, ha llevado a esta izquierda no solo al conservadurismo que renace la fe ciega en los postulados y en las personas, sino al obscurantismo que fomenta no precisamente simpatías a causas y propuestas, sino fanáticos alienados a dogmas y dispuestos a morirse por ellos. En estos tiempos modernos estas manifestaciones se expresan de una manera fehaciente y nítida en las redes sociales y en las concentraciones masivas. Los cultos a personalidades y doctrinas políticas inalterables no son signos, ni muchos menos, de una izquierda racional, liberal, crítica y autocrítica.

Al analizar las propuestas de gobierno (recomiendo consultarlas enhttp://preguntasaloscandidatos.org/ ) y observar las redes de compromisos de cada unos de los candidatos, me encuentro que AMLO tienes más ligas con los intereses y prácticas del pasado que JVM; tiene más compromisos con personajes privilegiados que JVM; Obrador tiene más identidad con el viejo sindicalismo charro y neocharro; incluso, López Obrador ya se comprometió ante los empresarios quitarles el IETU que graba directamente sus utilidades. Impuesto que le generó al gobierno de Felipe Calderón serias desavenencias y distanciamientos con el sector empresarial. Más empresarios privilegiados están del lado de Obrador que de Vázquez Mota, y no precisamente progresistas como Alfonso Romo.

No niego acuerdos y pactos con empresarios y con su elite, porque la mayoría son generadores de riqueza y porque este país no se debe gobernar sin ellos. Lo que no comparto es que primero se despotrica en su contra y luego se les reúne para pasarles la charola. Estos acuerdos suelen ser más de su conveniencia que de alianzas duraderas por el país.

Conceptualmente la izquierda surge precisamente de oponerse a los privilegios del Rey y el movimiento de ilustración en contra del oscurantismo y fanatismos. Las posturas del candidato del Movimiento Progresista en materia de libertades y derechos para las mujeres y del Movimiento lésbico-gay son semejantes a las de Enrique Peña Nieto. Las relaciones y compromisos soterrados y públicos de Obrador con la iglesia durante su gobierno en el DF son ejemplos de su conservadurismo. Como dice Marco Rascón la derecha es un lugar que está más allá de Guanajuato.

 

El proyecto de la República Amorosa es la continuidad de los postulados conservadores de López Obrador. En esa república, como dice Roger Bartra, se reúnen tanto las formas cristianas como las ideas populistas, bajo la expresión tolstoiana. O como lo expone acertadamente Jesús Silva-Herzog Márquez: bajo la democracia, el vínculo entre gobierno y sociedad es el de la representación electoral. Sólo se entiende como un encargo, nunca como una devoción. Reconocer al poder político, respaldarlo incluso, no implica adorarlo. Y reconocerse parte de una sociedad no supone el ignorar diferencias o abdicar a los antagonismos bajo el discurso de la fraternidad patriótica. El conflicto, el desacuerdo, las antipatías y aversiones son parte vital de una sociedad vital. Sólo el conservadurismo más terco podría condenar esas tensiones y emociones sociales como traiciones a los deberes del amor.

 

En consecuencia, no me identifico en absoluto con la religiosidad de la política de López Obrador, tanto por ser un ateoconfeso como por considerar que los pilares fundamentales de una republica democrática no está en el amor al prójimo, sino en el laicismo, en el estado de derecho y en los poderes de la unión.


Mi deslinde con una buena parte de los postulados y propuestas de López Obrador, no significa que Josefina Vázquez Mota representa a la izquierda, ni mucho menos,  a la que reivindico. Porque si se trata de encontrar candidatos ideales regularmente estos no existen. Los candidatos ideales como Heberto Castillo o Gilberto Rincón Gallardo ya no están,  son otros los que estarán en la boleta el próximo primero de julio. No comparto la idea de anular mi voto, prefiero una decisión a partir de coincidencias; porque en política, entre demócratas los diálogos y los acuerdos traen mejores resultados.

Por ello, me parece que JVM es más cercana a los postulados liberales que, traducidos a un programa de gobierno, significarían la modernidad de nuestra economía; que cuenta con un mejor conocimiento de las políticas públicas de combate a la pobreza y con la cual se puede tejer una amplia alianza liberal sobre puntos nodales de reforma que el país requiere. Es una demócrata convencida, que respeta las instituciones, las reglas de competencia y los logros alcanzados en materia de derechos individuales, en contra corriente de los grupos conservadores de su partido. Pienso que el principal error de su campaña fue no haberse distanciado aún más de esos sectores conservadores y correrse hacia las corrientes de izquierda liberal.

Su liberalismo es más consecuente que el que postula el candidato Gabriel Quadri, aunque a decir verdad éste es más explicito en algunos rublos, rayando incluso en el neoliberalismo; El liberalismo de JVM la aleja del sindicalismo de los privilegios y la corrupción como el SNTE que impulsa a Quadri; y del sindicalismo corrupto y delincuencial de Napoleón Gómez Urrutia o el de los privilegios y de la impunidad que goza el SME, que apoyan a López Obrador.

 

La propuesta de Gobierno de Coalición de JVM, aunque no lo suficientemente desarrollada y expuesta, me parece que es el mejor reconocimiento a la pluralidad política existente y de que la presidencia imperial es cosa del pasado. Quienes aún aspiran a gobernar bajo el esquema del viejo régimen de que una presidencia fuerte y con mayoría absoluta en las cámaras es la única solución a la parálisis y a la ineficacia gubernamental, implícita y explícitamente quieren sepultar el pluripartidismo en el Congreso y revivir estilos de gobernar a la vieja usanza.

 

No comparto, como lo plantea el candidato del PRI y se gobierna en el DF, el establecimiento de candados de gobernabilidad que fomentan la sobrerrepresentación del partido gobernante  y elimina el pluralismo expresado en las minorías partidarias y parlamentarias. Los regímenes políticos de partidos hegemónicos deben quedar atrás y dar paso a regímenes semi-parlamentarios o parlamentarios, para quitarle el peso simbólico, cultural y político de que las personas pesan más que las instituciones.

No son todas, pero estas son algunas de las consideraciones primordiales de porque estoy convencido que no debo de votar por Andrés Manuel López Obrador y si debo hacerlo por Josefina Vázquez Mota. Sé que rompe con las “buenas conductas” de nuestras izquierdas, pero es preferible a ocultar mis preferencias electorales en una elección que deben estar marcadas más por las propuestas que por las ocurrencias o fobias ideológicas.

Finalmente, les comento que un grupo de compañeros que nos identificamos con los preceptos de una izquierda liberal y diversas agrupaciones políticas, estaremos presentando nuestra notificación al IFE en enero próximo para iniciar y convocarnos a la construcción de un nuevo esfuerzo-proyecto partidario. Vale la pena intentarlo.

  
22 de junio de 2012


19 ene 2012

La candidatura de izquierda en la ciudad

No hay nada más falso que pensar que, si un partido político es de izquierda, entonces, es más democrático. Incluso, si se revisara la historia de cada uno de sus líderes y las decisiones que han tomado en los momentos de coyuntura, podríamos visualizar en la mayoría, una historia autoritaria y a modo de las circunstancias... Continúa...

28 nov 2011

¿Lula o ‘Peje 2.0’?

Ante el anuncio de la “República amorosa” que propone Andrés Manuel López Obrador surgen las preguntas esenciales, ineludibles, definitorias: ¿cómo se comportará rumbo a la elección del 2012? ¿Se convertirá en un izquierdista pragmático o volverá a ser un populista confrontacional?... Continúa...

16 nov 2011

López Obrador, por la revancha

... la encuesta encargada por el PRD decidió que su candidato presidencial (y el del PT y Movimiento Ciudadano) será nuevamente Andrés Manuel. Los resultados de la encuesta son contradictorios: para la mayoría de los encuestados, Marcelo Ebrard tiene mejor imagen y muchos menos negativos, pero López Obrador es preferido como candidato y como eventual presidente. Los resultados ponen de manifiesto la esquizofrenia que vive nuestra izquierda: no es el hombre que tiene mejor imagen y menores opiniones negativas al que prefieren como candidato, sino apuestan por la ortodoxia, más que por la flexibilidad. En última instancia, para su candidatura, prefieren ser conservadores, si por eso se entiende no apostar a la transformación... Continúa...

15 nov 2011

AMLO, candidato de la izquierda, llama a fundar una “República amorosa”

Andrés Manuel López buscará por segunda vez la Presidencia de la República bajo las siglas del PRD, PT y Movimiento Ciudadano, al resultar el precandidato mejor  posicionado de la izquierda en las encuestas aplicadas para decidir entre él y Marcelo Ebrard, Jefe de Gobierno del Distrito Federal.
Tras casi dos semanas de espera, hoy se dio a conocer el resultado de las encuestas aplicadas por las empresas Covarrubias y Asociados (elegida por AMLO) y Nodo Investigación + Estrategia (preferida por Ebrard) , que finalmente favorecieron a López Obrador... Continúa....

7 nov 2011

¿Sorpresa en la izquierda?

La primera batalla del 2012 será por el segundo lugar. ¿Qué partido podrá colocarse en posición para afrontar al puntero? ¿Qué candidato podría fastidiarle la fiesta al PRI? No es probable una contienda a tercios ni tampoco una victoria sin reto. Si hoy parece que el PRI no tiene rival, las cosas pueden cambiar velozmente... Continúa...

29 oct 2011

Se eclipsa el sol azteca en el proceso electoral de 2012

Antes de que el Partido de la Revolución Democrática (PRD) en el Distrito Federal se fracturara por un proceso interno fallido de elección de consejeros, ya presentaba una disminución de votos en seis delegaciones, de acuerdo a encuestas propias. Los mismos estudios también le mostraron al partido las posibilidades de recuperar Cuajimalpa y ganar por primera vez Miguel Hidalgo, en el proceso electoral del 2012.

El PRD capitalino mandó a realizar, con diversas empresas, encuestas de opinión para tener un panorama de los posibles escenarios electorales del próximo año, con las que detectaron altas probabilidades de ganar por primera vez Miguel Hidalgo y recuperar Cuajimalpa, ambas gobernadas actualmente por el Partido Acción Nacional (PAN)... Continúa...

11 sept 2011

Las pugnas del PRD


El despido de uno de los principales operadores de López Obrador, Martí Batres, fue recibido como algo sorprendente. A veces conmueve la ingenuidad de los medios. Si ponemos al PRD en una nuez, como lo hizo Alfonso Reyes con México, lo que ahora vemos es algo natural. Muertos los caudillos, por razones distintas, Cárdenas y Obrador, nadie es capaz de controlar a la multitud de mafias que pugnan por el poder en ese desprestigiado organismo... Continúa...

23 ago 2011

El dilema: ¿Andrés Manuel o Marcelo?

... Los números de las mediciones que circulan en estos días muestran la cercanía. Respecto a la población en general, Andrés Manuel tiene 27% y Marcelo 30% (EL UNIVERSAL, 15/VIII/2011). La medición de julio de Consulta Mitofsky presenta una diferencia similar, 29.4% al ex jefe de gobierno y 32.1% al jefe de gobierno. En la opinión interna del perredismo hay un alto contraste, porque Andrés Manuel supera a Marcelo con una amplia ventaja, 61.5% contra 29.6% (Consulta Mitofsky). Para darle al dilema de la izquierda un toque de incertidumbre, se puede plantear la duda o la incredulidad sobre cómo se resolverá el dilema: los dos aspirantes han dicho que existe un acuerdo para resolver quién va, el que este mejor posicionado en las encuestas, será el candidato... Continúa...

29 jul 2011

AMLO: el ganador a priori

Es interesante que el Lic. Andrés Manuel López Obrador acepte que para encontrar al “candidato de unidad mejor posicionado de la izquierda” sea menester realizar encuestas y debates, estadísticas y análisis, pero siempre y cuando quede claro que –más allá de sus resultados– el candidato sea él. Es como participar en una carrera con la condición de ni siquiera arrancar, porque ya se proclamó el ganador a priori... Continúa...

11 jul 2011

Marcelo y AMLO, pugna por una candidatura


En distintos artículos he señalado que, tarde o temprano, veríamos un choque abierto entre los dos aspirantes a la candidatura de esa turbia mezcla de lodo llamada izquierda (PRD y sus distintas mafias: PT, fundado desde el poder en época de Carlos Salinas; Convergencia, creación de Dante Delgado, y Morena, reciente invento de López Obrador). Pues bien, el momento ha llegado. ... Continúa...

24 jun 2011

Un PRD derrotado, al gusto de AMLO

Los daños no sólo se reflejarán en el Edomex, sino también en Nayarit, donde Guadalupe Acosta Naranjo ha sido barrido por la panista y ex perredista (y que podría haber sido candidata aliancista) Martha Elena García, esposa del ex gobernador Antonio Echevarría. La soberbia y la necedad política se impusieron, con la enorme diferencia respecto al Estado de México de que Martha García sí puede ganarle al priista Roberto Sandoval en Nayarit, un resultado que le atribuyen, hasta dentro del tricolor, a la pésima operación y los caprichos políticos del gobernador Ney González, por quien nadie en el PRI se lamentará demasiado (lástima si pierde, por Sandoval, porque sí parece ser un buen candidato)... Continúa...

12 abr 2011

López Obrador se queda con todo


Lo ocurrido en el Estado de México definió los escenarios para las elecciones presidenciales de 2012, por lo menos en el PRI y en el PRD. En el priismo tendría que ocurrir algo demasiado extraño para que Enrique Peña Nieto no sea el candidato presidencial del tricolor, independientemente de que se tendrán que establecer los equilibrios internos en torno a esa candidatura.... Continúa...

8 abr 2011

Marcelo Ebrard, su rumbo al fracaso


Marcelo Ebrard está profundamente ocupado por su infinita demagogia, por su peculiar estilo de gobernar, mezcla de populismo ramplón, heredado de López Obrador y su formación priista al lado de Carlos Salinas y Manuel Camacho. Va y viene, para consolidar su candidatura presidencial por el PRD, de un lado a otro en el DF. Pero se da el tiempo, en sus horas libres, para ir al Estado de México a combatir a los caciques, se las arregla para que su divorcio sea exprés y sin mayores consecuencias políticas. Ahora, aunque sus expertos asesores, y los medios de comunicación, le han dicho que la Vía Poniente tendrá un alto costo político y desde luego ecológico por la cantidad de árboles que están derribando (justificado de modo simplista por Martha Delgado, pésima secretaria de Ecología)... Continúa...

6 abr 2011

2012: El PRD y el DF

En la ecuación para decidir cómo participa en los comicios presidenciales del año entrante, el Partido de la Revolución Democrática no puede dejar fuera la necesidad de conservar el que ha sido su principal baluarte desde 1997: el Distrito Federal... Continúa...

25 mar 2011

AMLO: programa de gobierno

Hace unos días López Obrador presentó el Proyecto Alternativo de Nación, al cual, dado su nombre, sobre todo lo de proyecto de nación, dediqué el último Pesos y Contrapesos, señalando que no necesitamos un proyecto de nación, que por su propia naturaleza sería totalitario y absolutista, violador de la libertad individual y la propiedad privada, sino una nación en la que, cada cual, respetando los derechos de los demás, ¡y sin ningún privilegio gubernamental!, pueda sacar adelante sus propios proyectos... Continúa...

20 mar 2011

AMLO-Ebrard: la disputa de la impotencia

Alán Arias Marín

20-03-11

No existe el político capaz, ni siquiera Ebrard y su apuesta por un bloque centro progresista con el PAN, como sí lo fueron Cárdenas y AMLO, populistas y nacionalistas-revolucionarios, de asumirse y ser aceptado como “jefe político” apto para ese liderazgo.


Ilustración: Luis Miguel Morales

La descomposición de la izquierda electoral mexicana es más grave que nunca en virtud de su impotencia política. La indefinición y confusión que privan en el relevo de la presidencia del PRD y otros cargos directivos (Secretaría General) muestran el grado de inoperancia, infecundidad política y organizativa, que tienen en riesgo de desarticulación a ese partido. La urgente y decisiva reconstrucción política del PRD, como la organización mayor y emblemática de la “izquierda” parece improbable.

A diferencia de sus momentos cruciales de expansión política y afirmación institucional, el bloque de izquierda no es actualmente capaz de generar expectativas políticas, sociales y culturales en los amplios sectores de masas (trabajadores, jornaleros agrícolas, campesinos pobres y medios, clases medias empobrecidas y/o insatisfechas, masas desposeídas y marginadas, intelectuales y artistas) en condiciones estructurales e intelectuales propicias para ilusionarse y votar por esa opción.

1988, 1997, 2006, fueron episodios y procesos que prefiguraron una “izquierda” que parecía corresponderse intelectualmente y esbozaba capacidades para articularse prácticamente con las condiciones estructurales de la sociedad mexicana. Eso la dotaba de fuerza y potencia. Fue, en esas oportunidades, el esbozo de un bloque político y social emergente apto para disputar el poder al bloque social y políticamente dominante, partidistamente encuadrado en el PRI y el PAN.

No existe el político capaz (ni siquiera Ebrard y la complicada e ideológicamente inopinada apuesta por un bloque centro-progresista con el PAN) como sí lo hubo en otros momentos cruciales (Cárdenas y AMLO, con apelación populista y concepción nacionalista-revolucionaria) de asumirse y ser aceptado como “jefe político” apto para ese liderazgo.

El caudillo, para serlo, debe generar expectativas reales y efectivas de poder. Está en el origen del PRD (su código genético), en su heterogénea composición de fuerzas y en su precariedad ideológica subordinada al nacionalismo revolucionario. Necesidad reiterada —nunca cuestionada— de un “caudillo” con la fuerza centrípeta suficiente para nuclear tendencias y tribus y amalgamar con relativa coherencia la precariedad ideológica de sus corrientes.

Para las elecciones 2012, ese abanico de fuerzas, denominada izquierda, no cuenta con condiciones para aspirar seriamente al poder presidencial. AMLO, aún como candidato unitario (PRD-PT-Convergencia), no cuenta con probabilidades de triunfo; su voto duro es escaso, sus negativos demasiado altos, por lo que el elector libre (indeciso), que decidirá la elección, muy improbablemente sería convencido por su propuesta.

Ebrard, por su parte, eventualmente más competitivo entre los indecisos, tampoco cuenta con fuerza política y caudal de votos suficientes para ganar como candidato único del PRD, aún en el improbable caso de que AMLO decidiera no contender (PT-Convergencia), sus votos duros se concentran clientelarmente en el DF y su proyección al plano nacional será limitada (en rigor, está mermado de antemano por los votos leales de AMLO y su movimiento).

Dejada a su propia fuerza, ninguna opción de “izquierda” tiene condiciones de posibilidad objetiva para ser alternativa de poder. Esa debilidad estructural se convierte en impedimento para su crecimiento político al punto de imposibilitar la sinergia suficiente para generar expectativas de triunfo para los sectores sociales proclives a sus ideas o imagen mediática y cultural.

Ebrard es pieza clave (AMLO también) del juego coyuntural en el que el PRD decide el relevo directivo y, con ello, indirectamente y a futuro, candidaturas, prerrogativas y prebendas de poder y financieras que configuran su “territorio” de poder. Pero no puede jugar el papel de caudillo reconstructor, porque, sin la hipotética alianza con el presidente Calderón y PAN, no cuenta con cartas suficientes para ganar la presidencia. Ahí lo ilusorio hace mella en su profesionalismo.

Por ello es que, sea cual sea la solución al intríngulis de la reunión que prosigue hoy (extensión de mandato limitado, provisional colegiada, Zambrano-Padierna), el PRD —quizás sin ruptura de AMLO— adoptará una salida pragmática. Son liosos, enredados y confusos, pero dotados de una inteligencia práctica notable. Al no contar con un caudillo con potencialidades reales de poder y triunfo electoral, su comportamiento colectivo apuntará a preservar lo que tienen. Repartir cargos burocráticos, candidaturas, prerrogativas y clientelas. El GDF es la joya de la corona de ese patrimonio, buscarán no perderlo. Mantener viva la apuesta por las alianzas con el PAN —EdoMex, Nayarit, Coahuila— es vital para Ebrard, por ello el condicionamiento duro de Bejarano-Padierna de renunciar a ellas y proceder al reparto de lo que objetivamente hay.

Publicado en Milenio

10 mar 2011

Ebrard, ¿mejor candidato que AMLO?

Con toda claridad, sin rodeos, Marcelo Ebrard declaró a la cadena CNN que si hoy se hiciera una encuesta él sería considerado mejor candidato presidencial que Andrés Manuel López Obrador. En la misma entrevista, el jefe del Gobierno capitalino reiteró su apoyo a las alianzas con el PAN, lo que hace unos días motivó que el tabasqueño pidiera licencia para ausentarse de las filas aurinegras... Continúa...

8 mar 2011

No tenemos que esperar a 2012

El escenario económico y social es complicado para nuestro país y las posibles soluciones necesitan del concurso de varios actores para poder concretarse. Es una falacia afirmar que un solo partido político o un gobierno podrán solucionar problemas complejos. Es necesaria la participación y disposición para encontrar soluciones, el encono de poco sirve al país cuando millones están padeciendo pobreza extrema... Continúa...

5 mar 2011

La perspectiva de las izquierdas en el 2012n términos sencillos, más o menos aceptados por especialistas autorizados, izquierda y derecha son concepto


En términos sencillos, más o menos aceptados por especialistas autorizados, izquierda y derecha son conceptos relativos y cada uno de ellos hace referencia al otro, especialmente el primero, puesto que la esencia de la derecha, para decirlo con Kolakowski, es la afirmación de las condiciones existentes –un hecho y no una utopía–, cuando no el deseo de volver a un estado que ya fue realizado, a un hecho ya cumplido... Continúa...

En defensa del Estado Laico y la diversidad social

Enrique Krauze. La izquierda mexicana