
......Mientras los tres principales partidos se pelean a mordidas las rebanadas del presupuesto, la mafia que los abastece de dádivas millonarias sigue ganando terreno. Si la partidocracia no representa a la sociedad y sólo defiende sus propios intereses, nadando de a muertito en un océano de sangre, nuestro deber como ciudadanos sería exigir armas para defendernos del hampa, formar milicias cívicas como en tiempos de Gómez Farías, y abrir el sistema de partidos a los candidatos independientes. Una víctima que no grita cuando la golpean ni se siente directamente afectada por las tragedias de su vecino, termina por volverse cómplice del verdugo que la tortura. La apatía o la cobardía ciudadana nos ha llevado a vivir en un país donde el noventa y ocho por ciento de los delitos quedan impunes, y sin embargo todavía hay analistas políticos que idealizan a la sociedad civil y, de paso, a sí mismos, erigiéndole altares a una entelequia sin contenido, cuando más bien nos merecemos una sátira demoledora. No somos víctimas de una partidocracia corrupta impuesta por la fuerza a un grupo de gente bonachona: hemos engendrado una clase política a nuestra imagen y semejanza, aunque gritemos de terror cuando nos vemos reflejados en ella, como Dorian Gray ante su deforme retrato.....
No hay comentarios:
Publicar un comentario