Irene Selser
26-10-09
Elogiada en el exterior, la economía uruguaya que deja el saliente presidente frenteamplista Tabaré Vázquez será la única —al parecer junto a la de Brasil— que va a crecer al cierre de 2009, siendo alabada incluso por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el FMI, que en sus últimos informes destacan también las mejoras en materia social, en especial el Plan Ceibal, una iniciativa sociocultural que alude al ceibo y sus flores —el símbolo nacional—, pero también a un ambicioso proyecto único en su tipo de educación en línea en todo el país, cumplido con éxito, bajo el lema: “Una computadora para cada niño y cada maestro”.
En el último lustro, el segundo país más pequeño de América (detrás de Surinam), con poco más de 176 mil km2, logró aumentar en 32% el PIB por habitante, duplicando el ingreso latinoamericano. En promedio, en 2008 cada uruguayo ganó 8,181 dólares, frente a 4,863 de la región. En relación con las economías más dinámicas del área, Chile y Brasil, el Uruguay del ginecólogo Tabaré Vázquez también se mantuvo a la cabeza en el PIB per cápita: 14% de aumento en el primer caso en 2004-2008, con la también socialista Michelle Bachelet, y 12% de aumento con el brasileño Lula da Silva. De acuerdo con la ONU, Uruguay también se mantuvo a la cabeza de Latinoamérica con el nivel de alfabetización más alto.
Para el ex guerrillero veterano y candidato oficialista José Mujica (74 años), la propuesta —similar a la aplicada en Brasil por el ex líder sindical Lula da Silva— es “reinventar el capitalismo” para disminuir la persistente brecha entre ricos y pobres, en un país de tres y medio millones de habitantes, cuya sociedad está dividida en mitades, derecha e izquierda “pero sin grandes explosiones ni tensiones a flor de piel”, al decir del corresponsal del semanario Brecha, Samuel Blixen, “porque la derecha no es muy extrema ni la izquierda muy radical”.
Pero no serán los votantes de estas “dos mitades” los que decidan las urnas, sino, añade Blixen, la franja que flota en el medio, “de outsider”, ausente del debate electoral “y ocupada en el fútbol, la música, la moda”, “o simplemente absorbida por las estrategias para sobrevivir día a día”.
Una franja de apenas 30 mil uruguayos, que en la segunda vuelta, fijada para el último domingo de noviembre, puede darle el triunfo al opositor y ex presidente Luis Alberto Lacalle del Partido Nacional, sumando sus votos al del también opositor Partido Colorado, que controló el poder durante casi un siglo, y que ayer compitió de la mano de Pedro Bordaberry, hijo del ex dictador Juan María Bordaberry.
Publicado en Milenio
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