19-07-10
Manuel Camacho Solís, coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México, logró frenar el precoz arranque de Andrés Manuel López Obrador en su segunda carrera por la Presidencia.
A los líderes del PRD, Jesús Ortega; PT, Alberto Anaya, y Convergencia, Luis Walton, los convenció de ratificar el pacto de postular a un solo candidato para las elecciones de 2012.
El acuerdo se firmó una semana después de que López Obrador dijera en Televisa Radio que, con que una de las tres agrupaciones que lo apoyara, se lanzaría: “Si van los tres partidos, adelante, pero ya nosotros no vamos a esperar. Nosotros vamos al 12 ya, que quede claro…”, dijo en entrevista con Carlos Puig en la W.
Si los dirigentes del desavenido Frente Amplio Progresista reencarnado en el DIA honran su palabra, las opciones que le quedarían a López Obrador para obtener el registro serían las impensables (PRI, PAN, Panal o Verde).
Marcelo Ebrard, tan presidenciable como él, había reaccionado así ante el trapero autodestape: “Seguramente vamos a dialogar sobre esto y el punto principal es que hay un acuerdo, en el sentido de que tengamos una sola candidatura (…); que evitemos un conflicto interno, porque eso no sería lo razonable, lo leal, lo congruente con las personas que coinciden con nosotros” (inferencia obvia: el que se fuera por la libre sería insensato, desleal e incongruente).
El dichoso pacto, cacareado en varias ocasiones por Ebrard y el propio López Obrador, es el que refrendaron el jueves los dirigentes partidistas ante Camacho: que postularán unidos a quien mejor lugar alcance en las encuestas.
Para Ebrard, si “por intereses personales” fuera violado el acuerdo, “no habrá ninguna posibilidad de competir en 2012…”.
Dos días después del bochornoso desliz, López Obrador tuvo que recular: el candidato de la izquierda se definirá en julio, o finales de 2011, y lo ideal será que el aspirante cuente con el respaldo de PRD, PT y Convergencia, así como de organizaciones sociales y ciudadanos sin filiación partidista.
A pesar de que el PT ha sido el más beneficiado por el lopezobradorismo (frente al PRD y Convergencia), el dirigente Jesús Anaya dijo sin empacho: “No estamos en la idea de exclusiones. Lo mejor para el país, los intereses supremos de la nación, tienen que ponerse por encima de cualquier interés mezquino. Las izquierdas queremos volver a ganar en 2012, así sea con un candidato ciudadano” (esta frase alude a la posibilidad, por remota que se antoje, de que el ex rector Juan Ramón de la Fuente acepte la propuesta de agrupaciones, como una de ex líderes del 68 tales como Marcelino Perelló, para mostrarse interesado y aceptar el respaldo de los tres partidos que coordina Camacho).
Puesto de nuevo al nivel de otros probables, López Obrador queda sujeto a las encuestas… que entre perredistas, petistas y convergentes le son tan favorables como a Marcelo Ebrard la confianza de la mayoría de la población con y sin militancia.
Publicado en Milenio
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