Carlos Marín
12-07-10
Pese a la desventurada confrontación política que los mantiene abismalmente distanciados, Cuauhtémoc Cárdenas y el más prominente de sus pupilos, Andrés Manuel López Obrador, comparten un mismo juicio condenatorio sobre la alianza electorera de los partidos de la Revolución Democrática y Acción Nacional.
Para el ingeniero, la dirigencia perredista no sólo cometió “errores”, sino “traiciones” al disputar puestos de elección en las entidades donde peleó en acuerdo con la derecha.
Ambos partidos, recuerda, sostienen propuestas programáticas y principios opuestos, de modo que los “triunfos” en apariencia logrados “achican” al PRD, y lo real es que “pierde posiciones”.
Lo que se impone cuanto antes, dice Cárdenas, es “recuperar los principios” y reencauzar al partido, para no volver a caer “en situaciones contradictorias y contrarias a los intereses, no sólo del PRD, sino del país…”.
López Obrador, a su vez, dice que en las alianzas entre los cuatro partidos (Convergencia y PT fueron los compañeros de viaje de la dupla PAN-PRD) no ganó la izquierda, aunque Oaxaca puede ser la excepción.
“Si se sigue por ese camino, vamos a terminar desdibujando la opción de izquierda. En el terreno estrictamente político, uno debe anclar en lo que representa. Es fatal el zigzagueo”, declaró.
Y anticipó su pronóstico para el próximo año:
“Si PRD, PT y Convergencia van juntos a las elecciones del Estado de México que se van a celebrar en julio de 2011, a un año de la elección federal, con la inercia que se está creando a partir de las primeras alianzas y que se va a profundizar, la izquierda va a quedar borrada. Se va a dar una polarización PRI-PAN…”.
Tal es, pues, la coincidencia ideológica sustantiva de dos entre quienes encarnan las más decisorias posiciones de la izquierda partidista.
Al contrario de ellos, las abominables alianzas fueron apoyadas por otro de los ex jefes del Gobierno del Distrito Federal, Manuel Camacho Solís, y por el cuarto en el cargo, Marcelo Ebrard, tan presidenciable hoy como en su momento (y partidos) cualquiera de sus tres predecesores.
Por eso mismo, antes no sólo de que se conforme una nueva alianza electorera con el PAN por las próximas gubernaturas a elegirse, sino de que se desate la madre de todas las batallas intestinas por la postulación de la izquierda en 2012, conviene que Cárdenas, López Obrador y Ebrard se sienten a dialogar y se obliguen a encontrar puntos básicos de acuerdo.
¿Y quién mejor que Manuel Camacho, con una gran experiencia en materia de negociaciones y en su papel de coordinador del diálogo entre PRD, PT y Convergencia, para atestiguar y formalizar el compromiso a que los tres lleguen?
De no ser así, las militancias en torno de Marcelo y Andrés Manuel seguirán dando tumbos tratando de sacarlos a flote del agua turbia en que parecen naufragar.
Publicado en Milenio
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