
El despido de uno de los principales operadores de López Obrador, Martí Batres, fue recibido como algo sorprendente. A veces conmueve la ingenuidad de los medios. Si ponemos al PRD en una nuez, como lo hizo Alfonso Reyes con México, lo que ahora vemos es algo natural. Muertos los caudillos, por razones distintas, Cárdenas y Obrador, nadie es capaz de controlar a la multitud de mafias que pugnan por el poder en ese desprestigiado organismo... Continúa...
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