14 dic 2008

Cambio de camiseta

Cambio de camiseta
Juan Ignacio Zavala
14 Diciembre 08

Una de las facetas más lamentables de la política y concretamente de los políticos es cuando se cambian de equipo sin más explicación que su soberana decisión. Lo mismo pasa cuando los políticos cambian de opinión sin titubeos, vaya, sin ningún rubor. Es el caso por ejemplo de los priistas que votaron a favor de abolir al pena de muerte hace tres años y ahora quieren discutirla y debatirla. Nada hay que los detenga cuando deciden hacer algo que les favorezca electoralmente. Y esos, los del PRI, son los mismos que votaron a favor de nacionalizar la banca y que sin sonrojarse también votaron por privatizarla.

El “cambio de camiseta” es una práctica muy socorrida en la política nacional. Podríamos decir que es la especialidad de la izquierda. Es una pena, pero es precisamente en ese espectro ideológico hacia donde fluyen los oportunistas y desde sonde salen otros. La pobre izquierda mexicana está vapuleada. Y lo peor del asunto es que los que menos han intervenido en eso son los que tienen una historia izquierdista. En el derrumbe de la izquierda mexicana han participado activamente los ex priistas que participaron en la fundación del PRD y otros que llegaron después.

Esta semana nos ha tocado presenciar el triste espectáculo del senador Monreal cambiándose al PT, abandonando el PRD. ¿Cuáles son las razones? Parece ser que hay más de un millón de razones mensuales que podrá percibir junto con otros cuatro senadores petistas. Parece que no hay más razones, pero las que hay son muy poderosas. Nada hay que le haga tener un mínimo sentido de pertenencia a nada al senador zacatecano. Lo mismo le da estar en un lado que en el otro. Ufano, dice que si lo expulsan no meterá las manos. Claro, las manos las tendrá muy ocupadas metidas en el dinero que le llegue.

¿Por qué está tan mal la izquierda en México? Se preguntan muchos. Fácil, porque el PRD no le ha representado nada a los ex priistas como Monreal: ha sido simplemente un hotel de paso para conseguir un gobierno estatal o un escaño en el Senado, o una curul. Y en cuanto no les dan eso, pues se van. No tardará en salirse López Obrador y no tardará en ser candidato Marcelo Ebrard. Puro PRI.

No es extraño que Ricardo Monreal —ex priista, ex perredista y flamante petista— siga a todos lados a Porfirio Muñoz Ledo, que tiene el récord de cambios de camiseta.¿Qué opinar sobre lo hecho por Monreal? Conviene citar a Luis González de Alba que hace unas semanas opinó en este periódico lo siguiente: “… Muñoz Ledo, que al no resultar candidato del PRD, brincó al PARM porque le ofreció hacerlo presidente, plantó al PARM con un palmo de narices cuando vio lo ridículo de cualquier aspiración presidencial parmista… y abierta la puerta del foxismo, con su muy posible triunfo, y así lo vimos gritar “¡ganamos!” en 2000 levantando el brazo a Fox (y el suyo propio); saltó de Fox al segurísimo triunfo de López Obrador. Erró el giro de trapecio por un pelo y lo vimos convertirse en el más malévolo de los paniaguados y “consejeros” de López. ¿Qué se puede hacer con eso? Una cosa y una sola: jalarle al excusado”.

Opino lo mismo del caso Monreal.

Publicado en Milenio

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