4 dic 2008

Los tres mensajes de Chucho

Los tres mensajes de Chucho
Rogelio Hernández López
2008-12-04


Foto: Martín Salas

Cambio de imagen partidista, reivindicación de la socialdemocracia y una mayor convocatoria, sus apuestas en el Teatro de la Ciudad.

Fue el día de Jesús Ortega Martínez; el de su posicionamiento público como presidente nacional del PRD, por el que tanto batalló. Ésta fue la mañana en que subrayó tres significancias de lo que quiere: el cambio de imagen de su propuesta partidaria, de una mayor convocatoria a la actual y el inicio de la reivindicación socialdemócrata como la identidad que él y los suyos propugnan para este partido.

Una: la nueva imagen de formalismo e institucionalidad. 11:00 horas. Por fin llega al Teatro de la Ciudad el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Marcelo Ebrard. Su presencia define muchas cosas futuras. Ya esperan, casi llenas las 1,344 butacas del aforo, la luneta desbordada de vestimentas oscuras y corbatas y silencios respetuosos, como en una premier. Los otros tres pisos, más los palcos, se cubren de dirigentes perredistas y acompañantes solidarios.

De esa nueva imagen, prepararon bien que el proscenio, al frente y ligeramente arriba, fuese la atracción principal: reflectores destellantes, cientos de girasoles naturales como valladar entre testigos e histrión central; la bandera nacional, la amarilla del PRD y una lona plastificada con el letrero de dos nociones: “Reformar es volver a creer” y “PRD, un nuevo espíritu”. Y en el centro, Chucho, como le dicen todos lo que son y quieren ser cercanos.

Y, sí, allí llega a las 11:10 horas, para ocupar el único atril y reflectarse en el único micrófono Jesús Ortega Martínez (o sea, que esta vez no hay un presidium gigantesco ni persona adicional, como se acostumbra en las izquierdas) y lo resaltan su traje negro, su camisa blanca bien planchada, su corbata amarilla yema de huevo, y entonces expresa su diagnóstico y sus propuestas, durante 52 minutos, más como conferencista que como director de sinfónica; mesurado, explicativo, sin manoseos en el aire. Era su mañana, su día. Su cambio de imagen. Sus mensajes.

Dos. La convocatoria. Mientras Chucho va exponiendo definiciones, con la mirada busca el asentimiento de los representantes de empresarios, como Armando Paredes, presidente del Consejo Coordinador Empresarial; de otros invitados especiales como Emilio Álvarez Iacaza y Alberto Begné, como los diplomáticos que llegaron, como el diputado representante del panismo: Gerardo Priego; como los líderes campesinos, sindicales, sociales tanto de organizaciones nacionales como estatales, regionales y locales que no pertenecen al PRD.

Una convocatoria que tiene como fuerza principal este instante a Marcelo Ebrard, jefe de Gobierno de la capital, a los gobernantes de Zacatecas, Amalia García; de Guerrero, Zeferino Torreblanca; de Baja California Sur, Narciso Agúndez, y las representaciones de Leonel Godoy, de Michoacán, y de Juan Sabines, de Chiapas; de los líderes camerales como Javier González, Carlos Navarrete y Víctor Hugo Cirigo; pero que también se sustenta, más permanentemente, en sus similares, en los de su bloque de varias corrientes perredianas y que en el vulgo periodístico les decimos Los Chuchos: Senadores, diputados federales, locales, presidentes municipales, funcionarios de distintos niveles, dirigentes nacionales, estatales, en los suyos, pues. Fue una convocatoria mayor para sus “cuadros”, los mandones de esta parte de la izquierda que llenaron el aforo.

Él y todos los observadores sabíamos que no estaban todos sus invitados ni todos los liderazgos perredistas; que faltaron por ejemplo Cuauhtémoc Cárdenas, pero intencionalmente Andrés Manuel López Obrador, Alejandro Encinas, los mandos de IDN de René Bejarano, los cívicos y otros que seguramente le harán resistencia interna durante varios meses.

Tres. El perfil de la identidad. En ese medio ambiente Jesús Ortega presentó el perfil de la identidad que quiere para el futuro. Y circunspecto y todo, como es, le apoyaron con 15 aplausos que quizá suscitó al hacer definiciones por una izquierda libertaria… de propuestas viables… que no se niegue a la movilización y resistencia pero cuando sean necesarias… que proponga y no apueste al desastre para crecer…”

Por todo eso, el senador René Arce festejó, sin cuestionamiento explícito: “este fue un acto lleno de mensajes, del inicio de lo que viene ¿No te parece? Lo mejor fue el posicionamiento claro de Chucho, de que nos asumimos socialdemócratas. Para que andarnos con tibiezas”.

Publicado en Milenio


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