20 sept 2010

Dos o tres ángeles para Ebrard

Para la política y para un sinfín de actividades humanas y animales se requiere de suerte, de buena suerte, porque también existe la mala fortuna. De esta forma, de pronto vimos a Ernesto Zedillo, incapaz de conducir una secretaría de Estado, tímido, negado para la oratoria, convertido en presidente de México. Un atroz golpe de mala suerte para Luis Donaldo Colosio resultó benéfico para Zedillo, quien se preparaba para ser presidente en el siguiente sexenio... Continúa...

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